Por Lic. Pablo Failde – Publicado el 26 de marzo de 2018
El presidente de la AFA Ricardo Tapia afirmó en diciembre pasado que luego del mundial de fútbol que los visitantes asistirían a las canchas. ¿Expresión de deseo? ¿Mensaje esperanzador para sus colegas de clubes menores acosados por deudas? ¿Información clasificada de los organismos de seguridad? Quizás todas esas razones y algunas mas. La decisión de impedir/prohibir el ingreso de las parcialidades visitantes a las canchas fue tomada en junio del año 2013 por el entonces Secretario de Seguridad Sergio Berni y acatada sin chistar por el otrora mandamás de la AFA Julio Grondona.
Berni en esa ocasión afirmó “es una situación temporal y sabemos que el problema de fondo se va a resolver”. Casi en paralelo la AFA de la mano de Grondona intentó implementar el promocionado sistema biométrico AFA Plus, objetado y resistido por varios clubes. Recientemente se implementó el programa Tribuna Segura, donde el control de los asistentes es parcial, aleatorio y de ninguna manera resuelve el problema de fondo. Por lo pronto esta copia imperfecta del AFA plus no significa que los clubes pongan dinero, a la sazón una de las razones por las cuales fracasó la propuesta grondoniana.
Murió Grondona, asumió Segura, cambió el gobierno nacional, se anuló unilateralmente el contrato entre la AFA y el gobierno nacional de Fútbol para Todos, se intentó elegir un nuevo presidente de la entidad rectora del fútbol con un escándalo mayúsculo, intervino la FIFA, se eligió a Tapia, nos clasificamos sobre la hora y de la mano de Messi al Mundial de Rusia y la prohibición se mantiene. ¿Es necesaria? ¿Está justificada? ¿Se corresponde con los hechos de violencia en la canchas?
La violencia sistemática en el fútbol creció al calor de la constitución de los barras bravas. Hasta principios de la década del 90 los hechos de violencia y de sangre se producían dentro de las canchas y entre barras rivales. Luego y hasta la actualidad fuera de los estadios y entre miembros de la misma barra. Los datos son contundentes, el cambio es evidente y merece una explicación. Los últimos hechos, que fueron de público conocimiento, y se referencian con los dos clubes más importantes de nuestro país, fueron fuera de los estadios de fútbol. Los motivos: el reparto de las entradas. Otro dato que muestra la situación actual de la violencia en las canchas, es que de las últimas 77 víctimas fatales en el futbol Argentino 62 fueron fuera de los estadios y 44 se debieron a disputas internas de las barras, mientras que las peleas entre hinchadas de diferentes clubes solamente ocurrió en 14 hechos de los últimos 77.
La violencia sistemática en el fútbol creció al calor de la constitución de los barras bravas
El pasado 9 de marzo del presente año el ex dirigente de Boca Juniors, Marcelo London, cercano al presidente del club Daniel Angelici, fue atacado a tiros por delincuentes que intentaron robarle un bolso con entradas para el partido de con Tigre en la Bombonera cuando circulaba en su camioneta por el partido bonaerense de Avellaneda. Después de ganar la Supercopa en River se reactivó la disputa por los negocios de la barra. Esa disputa dejó dos heridos de bala, dos con traumatismos de cráneo y tres con heridas de armas blancas. Todo comenzó el sábado pasado (17 de marzo del presente año), cuando un grupo de la barra disidente ingresó a la confitería del club sabiendo que en ese momento la barra oficial se alzaría con las entradas para el partido del día siguiente. Por 40 minutos no coincidieron las dos facciones en el mismo lugar. Al día siguiente, la barra oficial efectuó una emboscada a la barra disidente en Monroe y Montañeses. Durante 10 minutos atacaron por sorpresa con armas blancas, garrotes y hasta un bate de béisbol, provocando dos heridos con traumatismo de cráneo y tres con armas blancas. Cuando llegó la policía logró dispersar la gresca pero sin detener a nadie. En la madrugada del lunes, como venganza de lo ocurrido el domingo, un grupo de la barra disidente fue hasta Beccar donde para la facción más agresiva de la barra oficial abriendo fuego contra un grupo que estaba en la esquina de Pampa y Lonardi, dejando dos heridos de bala. Por este hecho interviene la Unidad Fiscal de Instrucción Criminal de San Isidro a cargo del Dr. Matías López Vidal.
La violencia no es solo un hecho de los clubes grandes, hace unos días fue baleado el Vicepresidente de Patronato, de Paraná, Nelson Rolandelli, aparentemente por varios hinchas que tienen prohibido el acceso al estadio. Justamente las entradas para asistir a un partido de fútbol, su uso, distribución entre propios y ajenos, venta y reventa, constituyen la columna vertebral del poder de los barras. A la vez que son el origen de los ilícitos y los hechos de violencia. ¿Cómo acceden a esas entradas? básicamente por contactos con las autoridades de los clubes. ¿Qué tipo de entradas son? cómo están registradas? En general son entradas de protocolo, no están registradas. ¿Cuál es la cantidad? Varía según la decisión discrecional del Presidente del club y la Comisión Directiva. ¿Existe legislación sobre el tema? Sí, la Ley 5847 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires aprobada en julio de 2017 y hasta ahora no reglamentada por el Jefe de Gobierno.
Violencia, barras y Justicia: casos paradigmáticos
Un dato concreto que refleja el accionar de la Justicia ante los hechos de violencia, es la mega causa de la barra de Boca. Una causa que sigue sin juez, sin avances en la investigación, luego del apartamiento del Juez De Campos. En los próximos días se cumplen tres años de la decisión de la Sala VII de la Cámara de Apelaciones, que en un procedimiento sospechado, decidió apartar al Juez De Campos de todas las causas en las que investigaba la conexión entre la barra brava de Boca, sus dirigentes, la policía y el poder político. La resolución dictada se originó en un planteo efectuado por el asesor letrado de Gustavo Gómez, empleado de boca e imputado en una causa de entrega irregular de carnets de socios a barras para que ellos los alquilen.
Otra de las causas, se refiere a la posible asociación ilícita entre barras, policías, dirigentes deportivos y políticos, remitiendo al fuero ordinario la investigación respecto de policías y funcionarios, desmembrando y desarticulando la posibilidad de comprar por primera vez, la conexión existente entre los distintos actores del fútbol argentino.
Hoy las diversas causas no han tenido avances. Y basta un ejemplo para demostrar que el poder de las barras sigue intacto. Hace unas semanas, las barras argentinas recibieron a sus pares rusos, para diagramar y organizar la estadía, alojamiento y traslados de los hinchas argentinos en el Mundial de Rusia 2018. La delegación rusa estaba compuesta por 10 de los más violentos barras del Zenit y del Dinamo de Moscú. En su recorrido se reunieron con los capos de las barras de San Lorenzo, Vélez y Nueva Chicago. Intentaron entrar a la bombonera con canets de falsos socios, no pudieron entrar y se les labró una causa por contravención. La excursión terminó con una cena en el barrio del Abasto junto con los jefes de la barra de la doce. Los barras de Boca tendrían todo arreglado para ser la cabeza de los 300 barras argentinos que viajarán a ver el mundial de Rusia.
La posibilidad de ir a la cancha resulta cada vez más onerosa, casi prohibitiva. La imagen de las tribunas mientras se disputa un partido es desoladora. Si el fútbol es el deporte nacional, que genera pasión, que integra por encima de otros vínculos, que da inmensas alegrías y tristezas, que motiva. Aquí aparece entonces una situación bastante habitual en el hincha de a pie, fana pero no violento, que ama ver rodar el balón y que espera el domingo para asistir o ver el partido que jugará su equipo. La pregunta es: ¿qué pasa cuando el deseo de ver a tú equipo no se puede concretar por los límites que impone por un lado la privatización de la pantalla y por el otro la falta de dinero? Ahí aparece como el mesías el barra con la entrada salvadora en la mano…y abre la puerta a un mundo que casi siempre termina en delito.