Por Laura Rocha – Publicado el 30 de julio de 2018
Desayunos en iCiudad
Expertos aportaron su mirada e investigaciones disponibles para ser implementadas en políticas públicas; intercambio con legisladores porteños y asesores de las comisiones de Ambiente y Cambio Climático
Los efectos del cambio climático en el Área Metropolitana de Buenos Aires son cuestiones a atender por las administraciones locales. Lluvias más copiosas, olas de calor y proliferación de vectores como mosquitos, en la región son algunos de los fenómenos a ser tenidos en cuenta a la hora de diseñar las políticas públicas.
Los expertos Inés Camilloni, investigadora del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático de la ONU (IPCC) y de la UBA; Ana Carolina Herrero, investigadora de CIPPEC y Rodrigo Rodríguez Tornquist, docente de la UNSAM y co chair del grupo de Sustentabilidad del T20, compartieron un desayuno con legisladores porteños y asesores de las comisiones de Ambiente y Cambio Climático, organizado por iCiudad, en el que se presentaron datos, desafíos y premisas para articular las acciones con la investigación.
“¿Es posible crear un puente entre el conocimiento científico y la política?”, comenzó Camilloni con su presentación. Sí, es posible. “Para poder comprender el fenómeno del que hablamos hay que detallar algunas certezas que ya tenemos: estamos ante una nueva era geológica, el antropoceno; existen umbrales críticos ante el cambio climático global; se detecta un ascenso del nivel del mar así como su acidificación; hay mayor frecuencia de eventos extremos como olas de calor o lluvias extremas y los impactos aumentan los riesgos”, indicó la experta.
Para Camilloni todos estos puntos deben ser tenidos en cuenta a la hora de diseñar las políticas de mitigación, pero también de adaptación que deberán adoptarse. En lo que se refiere al Acuerdo de París y al límite que los países han fijado como meta posible de 1.5º o 2ºC de aumento global promedio de la temperatura, la científica indicó: “El medio grado de diferencia tiene impactos asociados tanto en cambios en las temperaturas como en precipitaciones. Se podrá percibir en la diferencia de crecimiento de altura de los océanos; más sequías y más inundaciones cuanto más aumente la temperatura. Argentina está en la posición 36 en una lista de 181 países más expuestos a inundaciones. La sociedad cumple un rol esencial en el tendido de puentes entre la ciencia y la política”.
Estamos ante una nueva era geológica, el antropoceno; existen umbrales críticos ante el cambio climático global; se detecta un ascenso del nivel del mar así como su acidificación; hay mayor frecuencia de eventos extremos como olas de calor o lluvias extremas y los impactos aumentan los riesgos – Inés Camilloni-
Herrero, que trabaja junto a Gabriel Lanfranchi en el programa de Ciudades de CIPPEC, fue muy clara respecto de los desafíos del AMBA: “Hay una gran cantidad de evidencia sobre efectos de cambio climático. Es necesario que existan cambios culturales para que se puedan ver resultados a largo plazo”. La investigadora señaló que la región afronta tres amenazas concretas: las olas de calor, los vientos y las inundaciones.
“Es necesario concientizar en las gestiones locales que es necesario fomentar la adaptación y no sólo la mitigación”, dijo Herrero. Se refiere, por ejemplo, a los planes urbanos y obras hidráulicas necesarias para esos nuevos escenarios. En la Ciudad de Buenos Aires, por caso, así como en otros distritos del conurbano empiezan a registrarse lluvias muy copiosas en poco tiempo. Durante el intercambio con los legisladores y asesores surgió también el ejemplo de La Plata, el fenómeno climático de 2014 asociado a la falta de avisos que causó la muerte de un centenar de personas. Es necesario trabajar en gestión de riesgo.
“Es difícil hablar de riesgos sin generar temor en la sociedad, pero la falta de información se puede llevar vidas”, agregó Herrero.
Récords
“Todos los meses vemos cómo vamos rompiendo records en las temperaturas. Hay mayor recurrencia e intensidad de episodios climáticos extremos. Todos los impactos afectan las actividades humanas. Aumenta la variabilidad climática. En la ciudad de Buenos Aires por ejemplo, el 9 de julio de 2007 nevó y el 9 de julio de 2008 se registraron 31º. Esto forma parte de la agenda económica”, indicó Rodríguez Tornquist.
Para el especialista “esto implica invertir mucho para reconvertir industrias. La agenda requiere una respuesta política en el contexto internacional, pero también en el local”. aseguró.
Según Tornquist es necesario pensar en la resiliencia a los fenómenos climáticos, e incluso en las incertidumbres que genera. “Se trata de una cuestión ética porque implica un cambio de la cultura civilizada. Pero hay que ser concientes de que los impactos son hoy”, dijo y dio como ejemplo la política que está llevando adelante la ciudad de Nueva York, una de las urbes más amenazadas por el aumento del nivel del mar. El plan neoyorkino incluye un gasto de 20.0000 millones de dólares para una primera etapa de trabajo.
Los intercambios con legisladores y asesores apuntaron a mejorar la calidad de discusión en normativas puntuales como la reforma de la ley de basura cero, la gestión de envases y pilas e incluso incorporar una mirada ambiental al presupuesto porteño. También hubo debate respecto de la discusión que se viene sobre la reforma del Código de Planeamiento Urbano y de Edificación, a la hora de evaluar los escenarios previstos para el distrito para los próximos 50 años.