Por Juan Pablo Pilatti* – Publicado el 14 de septiembre de 2017
El caos vehicular de nuestra ciudad es tal que llegar al centro desde barrios ubicados en el oeste –o viceversa- puede tomar, en horario pico, cerca de una hora. En ese sentido, uno de los máximos ordenadores y optimizadores de tiempo de traslado deberían ser los semáforos.
A través de las llamadas ondas verdes, un mantenimiento óptimo de las señales luminosas que evite la salida de servicio de los mismas y sistemas de control con tecnología moderna, el tránsito de la ciudad debería funcionar de manera más ordenada, fluida y segura, pero lo cierto es que cualquiera que transita la ciudad puede notar que estas condiciones no se cumplen. Veamos porqué.
En 2010 de los 3660 cruces con semáforo que existían, solo el 25% de los mismos podían ser reprogramados desde una central de tránsito y para el resto debía dirigirse un operario hasta el lugar. Sumado a ello, atento que no se disponía de información respecto de la salida de servicio de la mayoría de los mismos, para repararlos, la ciudad dependía del aviso de los vecinos. Otro serio problema venía dado por la constante reposición de lámparas como consecuencia de la corta duración de la vida útil de las lámparas incandescentes y halógenas que frecuentemente se utilizaban[1].
Asimismo cuando se presentan lluvias fuertes o tormentas la cantidad de semáforos que dejan de funcionar se triplica y todos sabemos que cada vez que un semáforo sale de servicio, la zona en cuestión se transforma en un hervidero de autos, colectivos, bicicletas y peatones, cada uno tratando de imponerse sobre los demás, situación que incrementa significativamente las probabilidades de accidentes.
Por tales motivos y a fin de modernizar el sistema de señalización lumínica, el Gobierno de la Ciudad lanzó una licitación en 2011 llamada “Plan SL 15/2010 – Plan de Mantenimiento, Obras y Actualización Tecnológica del Sistema de Señalización Luminosa” mediante la cual se dividía en 9 zonas a la ciudad y en el plazo de 5 años, las empresas contratadas debían proveer un servicio de mantenimiento preventivo y correctivo de equipos e instalaciones en la vía pública, de mantenimiento de los comandos y las computadoras de los mismos y por otro lado se debía modernizar todo el sistema a fin de que los semáforos pudiesen ser reprogramados de manera remota para optimizar las ondas verdes, lograr detectar automáticamente cuando un semáforo dejaba de funcionar y también cambiar la tecnología de los mismos, por ejemplo reemplazando las lámparas incandescentes por lámparas LED dado que estas requieren menor mantenimiento, tienen una vida útil cuatro veces mayor a las primeras y también un consumo menor de electricidad.
A través de las llamadas ondas verdes, un mantenimiento óptimo de las señales luminosas que evite la salida de servicio de los mismas y sistemas de control con tecnología moderna, el tránsito de la ciudad debería funcionar de manera más ordenada, fluida y segura
La adjudicación del Plan mencionado fue otorgada a un grupo de empresas[2] por un monto total de $ 476.849.837,5 lo que representó un 5,07% del presupuesto anual (2011) del Ministerio de Desarrollo Urbano. A modo de contraste, por ejemplo, el gasto en subterráneos representó para ese mismo año un 10,78% del presupuesto del Ministerio. Vemos entonces que significó una fuerte inversión por parte del gobierno de la ciudad.
Avances, dudas y controversias
Hacia fines de 2014 según el gobierno de la Ciudad se había logrado aumentar el número de semáforos monitoreados de aquel 25% de 2011 a un 72%, lo que permitió implementar un sistema de extensión de la onda verde en las avenidas principales de la ciudad en horarios pico; y la falla por día de semáforos pasó de 40 a 10[3].
Por otra parte, la modificación del Código de Transito de 2013 estableció que se debían reemplazar todas las luces de los semáforos por tecnología LED en un plazo de 3 años[4] a partir de sancionada la ley. Es aquí donde aparecen las dudas dado que en el pliego de condiciones técnicas para el mantenimiento del Plan SL15/2010 se estableció que las empresas concesionarias debían cambiar por lámparas incandescentes –y no LED- aquellas que se quemasen en su zona de concesión. Además cabe recordar que existe una ley nacional sancionada en 2009 -26.473- que prohibió a partir del 31 de diciembre de 2010 la importación y comercialización de lámparas incandescentes.
Sumado a ello, el actual Jefe de gobierno manifestó en marzo de 2015 que se habían cambiado todas las lámparas incandescentes por las LED[5], afirmación que choca con los datos que figuran en la página del gobierno de la ciudad y que a su vez posee datos en diferentes secciones que se contradicen entre sí. En efecto, en noviembre de 2014 el GCBA colgó en su página web una noticia[6] que destaca que para esa fecha el 87% de los cruces de la ciudad contaba con ópticas LED pero a su vez en Buenos Aires Data, que es una iniciativa del Gobierno de la Ciudad de datos públicos y transparencia figura un relevamiento realizado en mayo de 2015 que revela que sólo el 55% de los semáforos eran LED[7].
Vemos por lo tanto una serie de incongruencias y faltas de avance por lo menos en lo que al cambio de tecnologías de las lámparas se refiere, situación que no debería presentarse si se tiene en cuenta el alto monto que se invirtió en el plan quinquenal de renovación tecnológica.
Negociados, denuncias y datos reservados
Teniendo en mente las dudas que se plantearon precedentemente, es que pretendimos indagar más profundamente en los resultados del Plan SL15/2010 y detectamos que en 2015 el entonces Subsecretario de Transporte de la ciudad y actual Ministro nacional Guillermo Dietrich encargó mediante contratación directa –incumpliendo con la Ley de Compras y Contrataciones de la ciudad- a la empresa McKinsey Argentina S.R.L. un servicio de consultoría[8] a fin de evaluar los resultados del Plan SL15/2010 y elaborar un anteproyecto técnico para lo que sería el plan sucesorio del actual. Cabe señalar que dicha contratación fue judicializada por parte de la ex-legisladora Gabriela Alegre dado que uno de los socios de la consultora mencionada integra -junto a Guillermo Dietrich- el consejo de administración de una ONG, quedando denunciado penalmente por ello el mencionado funcionario.
A fin de poder obtener los resultados de dicha evaluación procedimos a solicitar al GCBA formalmente dicho informe[9] bajo los términos de la Ley 104/98 de información pública de CABA y con fecha 18 de agosto de 2017 la Directora General de Tránsito y Transporte del GCBA, María Eva Jokanovich, procedió a denegar la petición amparándose en el inciso c. del artículo 3 de la mencionada Ley, que impone límites en el acceso a la información pública, en este caso precisamente por la causa judicial antes señalada.
Conclusiones e interrogantes a futuro
La imposibilidad de acceder al informe evaluatorio del desempeño de las empresas concesionarias plantea serios interrogantes respecto a la concreción de los objetivos planteados en el Plan SL15/2010[10] haciendo que solo podamos contrastarlo con las vivencias del día a día que tenemos quienes transitamos la ciudad a diario, ya sea en auto, bicicleta, transporte público o como transeúntes. En ese sentido no parece verificarse una mejora en el ordenamiento y seguridad del tránsito de la ciudad lo que hace pensar que la enorme inversión[11] que se realizó en el plan de 5 años no fue del todo eficaz.
Sumado a ello en la actualidad las concesiones se encuentran vencidas y han sido prorrogadas hasta fines el 31 de diciembre de 2017 a la espera de la ejecución resultante de una nueva licitación pública.
Habrá que estar atentos para verificar si esta nueva licitación logra subsanar las falencias del plan anterior y si finalmente la tan mentada actualización tecnológica del sistema de señalización luminosa de la ciudad se completa, permitiendo optimizar los tiempos de traslado y la seguridad de quienes transitamos la ciudad.
* Licenciado en Ciencia Política (FSOC – UBA), Profesor Adjunto de Microeconomía (FCE – UBA), Especialista en Economía Política (FLACSO).
[1] Las lámparas incandescentes tienen una duración en promedio de 8.000 horas y las halógenas sólo de 1.000.
[2] ROWING S.A.-SWARCO AG-PROSINALIZACAO VIAIRIA LTDA (UTE), TELVENT TRAFICO Y TRANSPORTE S.A.-TEYMA ABENGOA S.A. (UTE), MANTELECTRIC I.C.I.S.A., AUTOTROL S.A.F.I.A.e.I., LESKO S.A.C.I.F.I.A.-SICE SUCURSAL ARGENTINA (UTE) y SUTEC S.A..
[3] http://www.lanacion.com.ar/1729488-extienden-la-onda-verde-de-semaforos-en-avenidas-portenas
[4] http://www2.cedom.gob.ar/es/legislacion/normas/leyes/ley4587.html
[5] http://archivo.larazon.viapais.com.ar/ciudad/semaforos-Ciudad-nuevas-lamparas-LED_0_661800007.html
[6] http://www.buenosaires.gob.ar/noticias/plan-de-reconversion-del-alumbrado-publico-luminarias-led
[7] https://data.buenosaires.gob.ar/dataset/semaforos
[8] El monto de la contratación ascendió a 10 millones de pesos por un trabajo de 22 semanas de duración.
[9] Solicitud de información pública que tramitó por número 00753777/17. https://gestioncolaborativa.buenosaires.gob.ar/detalleSolicitud?identificador=00753777%2F17&tipoDoc=DNI&numeroDocCiudadano=28324249
[10] Es posible que, por ejemplo, el cambio a tecnología LED haya avanzado pero resulta imposible verificarlo atento a la denegación de información por parte del GCBA.
[11] Cabe señalar que las empresas concesionarias obtuvieron diferentes aumento sobre el monto del contrato original a saber: la empresa del área 1 obtuvo 4 modificaciones de obra lo que significó un 54,40% de aumento del monto original, la empresa concesionaria del área 2 obtuvo 5 modificaciones de obra que representaron un aumento del 46,01% del monto original, la del área 3 obtuvo 5 modificaciones que aumentaron el monto en un 31,86%, la concesionaria del área 4 un 19,53%, la empresa del área 5 un 15,28%, área 6 un 2,87%, área 7 un 0,82%, la concesionaria del área 8 obtuvo un aumento del 23,20% y la del área 9 un 17,79% lo que representa un aumento total del monto original de un 24%.