El i-Ciudad publicó el Índice de Bienestar Urbano 2019, un informe que estudia cuantitativa y cualitativamente las condiciones materiales y ambientales de los vecinos de la Ciudad desde varios indicadores, como el Desarrollo Socioeconómico, la Seguridad, el Desarrollo urbano y el Ambiente. Con esta última edición, se puede realizar un análisis integral desde 2016 a 2019, es decir, durante la primera gestión de Horacio Rodríguez Larreta como jefe de Gobierno.
Publicada el 23 de febrero de 2022
El Instituto de Políticas Públicas para Buenos Aires presentó por cuarto año consecutivo el Índice de Bienestar Urbano (IBU), un informe que analiza y compara las variaciones de las condiciones materiales y ambientales de los porteños, así como el acceso a bienes y servicios, desde 2016 a 2019, que coincide con el primer mandato de Horacio Rodríguez Larreta como jefe de Gobierno de la Ciudad.
Para ello, se parte de un análisis cuantitativo y cualitativo de cuatro Categorías: Desarrollo Económico y Social, Seguridad, Desarrollo Urbano y Ambiente, que a su vez se desagregan en otros Indicadores mensurables.
Uno de los diferenciales del IBU respecto a otros índices es que la Ciudad no es tomada como una unidad, sino que su base de análisis son las 15 comunas, permitiendo de esta manera reflejar las desigualdades de un distrito heterogéneo.
Puede consultar el Índice de Bienestar Urbano, desde acá: https://www.iciudad.org.ar/indicebienestar/descargas/informe/
“Nuestra misión es brindar una mirada de las condiciones de vida urbana y colaborar de esta manera a un desarrollo más armónico y sustentable para los habitantes de la Ciudad, generando un índice que se construye con la información que nos proporciona el Estado y, en algunos casos, el mercado. Nuestro IBU debe servir como herramienta para pensar políticas públicas integradoras, equitativas en nuestra Ciudad”, explica Marta Albamonte, presidenta del i-Ciudad.
Otro aporte del IBU es que no trabaja únicamente con las categorías e indicadores de manera independiente, sino que los interpreta en una matriz de correlaciones. Es interesante observar los cruces entre las distintas dimensiones del bienestar. Si bien no se pueden inferir, a priori, vinculaciones causales de las correlaciones, futuros estudios podrían analizar el impacto de una dimensión sobre otra.
“Si realizamos un análisis integral de los cuatro años vemos que hay ciertas tendencias que se van consolidando. Las comunas del norte de la ciudad siguen siendo las mejor posicionadas y las del sur, las que presentan peores indicadores”, explica Albamonte.
A lo largo de todo el período, la Ciudad tuvo un deterioro en materia socioeconómica: el ingreso per cápita familiar disminuyó y la desocupación aumentó. Hay que tener en cuenta, además, que estamos hablando de años previos al covid-19, es decir, son tendencias que ya se venían registrando antes de la pandemia y que, obviamente, la crisis sanitaria profundizó”, agregó.
Principales hallazgos 2016-2019
- Las comunas del sur de la Ciudad se consolidan como las de peor desempeño en materia socioeconómica: durante los cuatro años analizados, las comunas del norte de la Ciudad tienen los mejores resultados, mientras que las del sur repiten su ubicación en el final del ranking y en algunos casos con una tendencia permanentemente decreciente. Al comparar el período 2016-2019, en materia de Desarrollo socioeconómico, ⅔ de las comunas se han mantenido en la misma franja (2, 3, 4, 5, 7, 8, 10, 13, 14 y 15), cuatro cayeron en su posición (1, 5, 9 y 12) y sólo una mejoró (11).
- Pérdida del poder adquisitivo: en el período analizado, se observa que mientras que el índice de precios al consumidor tuvo un crecimiento del 290%, los ingresos familiares per cápita de los hogares en todas las comunas de la ciudad aumentaron solo un 163%, marcando un retraso sustancial respecto del poder adquisitivo de los salarios. Todas las comunas, aún aquellas que están mejor posicionadas en el ranking socio económico del IBU, han tenido una baja en sus ingresos, medidos en dólares.
- Desocupación: se identificó una creciente desocupación en todas las comunas de la Ciudad, incluso en las mejor posicionadas. Las más castigadas son las comunas 8 y 4. Se debe resaltar que los años de análisis son previos a la pandemia, situación que obviamente agudizó aún más una tendencia que ya se venía registrando en la Ciudad de Buenos Aires antes del Covid-19. La tasa de desocupación de las mujeres es más alta que la de los varones en todos los años bajo estudio del IBU.
- Homicidios, mayores tasas en el sur: las comunas del sur y oeste de la Ciudad son las que poseen resultados negativos y muy negativos en cantidad de muertes violentas.
- Robos y hurtos: en 2019 se registraron 112.180 hechos de robos y hurtos con una tasa de 3672 sustracciones cada 100.000 vecinos de nuestra Ciudad. Si bien se mantiene en la misma cifra que el año anterior, se confirma la tendencia al alza de los hechos, que comenzó en 2018. En 2017 se obtuvo el menor registro de la serie de cuatro años.
- Los reclamos por obras en la vía pública, veredas rotas, problemas de alumbrado e higiene han incrementado sostenidamente: pasaron de un total de 132.322 en 2016 a 987.000 en 2019. En la Comuna 1, la Comuna 13 y la Comuna 14 se concentra el mayor incremento porcentual de reclamos, a lo largo de todo el período.
- Inmuebles, cada vez más caros: El valor de la propiedad inmueble aumentó leve, pero sostenidamente, año a año. El promedio total de Ciudad era de u$s 2238/m2 para 2016, de u$s 2330/m2 para 2017, de u$s 2502/m2 para 2018 y de u$s 2618/m2 para 2019. La Comuna 14 (Palermo) ha sido durante los cuatro años analizados la más cara para comprar inmuebles, con un precio de u$s 3466 en 2019.
- Aumentos en permisos de construcción: este incremento corresponde a los cambios en las reglas de juego introducidos por las aprobaciones de nuevas normativas urbanísticas y de edificación (Sanción Código Urbanístico- Ley 6099 del 06/12/2018 y nuevo Código de la Edificación- Ley 6100 del 06/12/2018).
En 2019 se autorizó la construcción de casi 3 millones de m2 de nuevas construcciones, que habían sido la mitad el año anterior. Las comunas con mayor actividad constructiva fueron la 13, la 14, 1 y 15.
La Comuna 8 fue, durante los cuatro años estudiados, la menos considerada a la hora de proponer y realizar desarrollos inmobiliarios. La orientación de las inversiones aumenta la tendencia a la segregación social de las comunas, contraria a la tradición histórica de la Ciudad, en la cual durante la mayor parte del Siglo XX, los barrios porteños fueron constelaciones integradas donde convivían diferentes sectores sociales.
- Falta de datos oficiales: Pese a que la categoría ambiental es fundamental para poder evaluar la calidad de vida de las personas de un distrito, en la Ciudad de Buenos Aires no existen datos oficiales para 2019 de las variables Espacio Verde por m2 y Arbolado.
- Hacinamiento: desde 2016, el hacinamiento en la Ciudad está concentrado en las comunas 1, 8, 3, 4 y 9. Se trata además, de las zonas de la ciudad que alojan varios barrios vulnerables, que atraviesan un retrasado y varias veces anunciado proceso de urbanización. Por su parte, en la comuna 8, al borde del Riachuelo, aún se adeudan relocalizaciones y mejoras ambientales.
- Arbolado público y espacios verdes: En el período 2016-2019 analizado por el i-ciudad se ve claramente a los corredores Norte y Sur con mayor cantidad de árboles. Y, el centro y las comunas 1 y 2, llamativamente a orillas del Río de la Plata, que contabilizan la menor cantidad de arbolado público lineal.
En la CABA se dispone, en promedio, de 5,13 m² de espacio verde per cápita. Gran parte de la superficie de la CABA se encuentra a menos de 10 minutos de caminata de un parque o plaza. “Sin embargo, existen amplios corredores urbanos donde la población reside a una distancia mayor al umbral recomendado. De hecho, un 12,4% de la población de la ciudad reside lejos de un espacio verde público, por lo cual, a más de 350.000 porteños les hace falta un parque o una plaza cerca de su vivienda”. (Atlas de Espacios Verdes de las Ciudades de Argentina).